Lamentamos el fallecimiento producido hace algunos días del joven médico de la Universidad Católica del Norte de Coquimbo, Matías Molina. Nació en Santiago el 26 de septiembre de 1988, sin embargo, vivió gran parte de su vida en la Región de Coquimbo, estudió en el Colegio San Joaquín de La Serena egresando el año 2006 y posteriormente entra a Medicina en la UCN titulándose como Médico Cirujano el año 2013, en dónde se destacó por su gran compañerismo, amistad y sencillez, virtudes que posteriormente plasmaría en su carrera médica. En 2014 entra a la especialidad de Medicina Interna en la Universidad de Chile en el Servicio de Medicina del Hospital Clínico San Borja Arriarán, terminando el año 2016, donde hizo grandes amigos para toda la vida. Luego partiría a Chiloé el año 2017 al Hospital de Castro por un periodo de 6 años como parte del Periodo Asistencial Obligatorio, en dónde fue muy querido por sus pacientes y el personal del hospital por su gran entrega y calidad humana.
Pero no todo en la vida del Dr. Molina era Medicina, ya que también dedicaba tiempo a diversos hobbies como jugar Cartas Magic participando en Grand Prix en Bilbao España. Asimismo, el rugby fue su pasión, donde no se perdía los campeonatos 6 naciones ni los partidos de los “Cóndores” (la selección chilena de Rugby), el Tenis y el Futbol, asistiendo a todos los partidos de la Copa América el 2015. Además, la lectura y compartir con su familia y amigos era algo habitual en su vida.
Según se desprende de las palabras de su esposa, Carla Subiabre, era una persona “reflexiva, tranquila, leal y noble, siempre preocupado por su entorno y por sus seres amados, de muy bajo perfil y tratando de ‘pasar desapercibido’ donde fuese. Muy querido por su familia y amigos, dejaba huella y sembraba amor dondequiera que fuese. Tuvo una gran vocación de servicio público y amor por la medicina, mencionando siempre que quería dedicar la totalidad de su práctica médica al sistema público y su intención de algún día, volver a la Región de Coquimbo para hacer clases a alumnos de medicina de la UCN, tal como años antes había hecho a los internos que estuvieron a su cargo en los hospitales San Borja Arriarán y de Castro. El principal deseo de Matías era regresar a su querida La Serena y radicarse en la ciudad con su familia”.
Al Dr. Matías Molina le sobrevive su esposa, la sra Carla Subiabre y su pequeño hijo Tomás.
Q.E.P.D.